Cuando buscamos comprar vivienda, un aspecto clave a definir es su forma de pago: presupuestar una cuota inicial y evaluar opciones de financiación con base en nuestra capacidad de pago, son dos pasos fundamentales para organizar nuestro bolsillo y no tener problemas más adelante por falta de previsión.
En Colombia, la modalidad más común de financiación de vivienda ha sido el crédito hipotecario, que en el mejor de los casos llegaba a financiar el 70 % del valor total del inmueble, dejando en manos del comprador un pago inicial obligatorio del 30%; sin embargo, ha ido tomando fuerza una nueva modalidad, cuya cartera de operaciones alcanzó los 16.6 billones de pesos en año pasado. Esta es el leasing habitacional.
Aunque el término parece nuevo, lo cierto es que el leasing se ha implementado desde hace más de diez años; de hecho, su crecimiento ha sido exponencial si tenemos en cuenta que en 2006 se dieron 787 de operaciones y en el 2018 la cifra superó las 24.000, mostrando un crecimiento del 2.949 % según cifras de la Superintendencia Financiera.
Es un hecho que el leasing habitacional es una tendencia y ha ido tomando fuerza en las operaciones de venta de casas usadas o nuevas. Veamos por qué.
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Los beneficios de la venta de casas usadas son muchos y variados. Entre las más destacadas se encuentran:
El precio es una de las principales ventajas de comprar una casa usada. Esta diferencia de precio se debe a que las casas usadas ya han sido habitadas y, por lo tanto, han perdido parte de su valor. Además, las casas usadas suelen tener una antigüedad mayor, lo que también influye en su precio.
El mercado de casas usadas es más amplio que el de casas nuevas. Esto significa que tienes más opciones para elegir y es más probable que encuentres una casa que se ajuste a tus necesidades y presupuesto.
En el mercado de casas usadas puedes encontrar casas de todos los tamaños, estilos y precios. También puedes encontrar casas en zonas céntricas, con buenos servicios y cercanas a tu lugar de trabajo o estudio.
Las casas usadas pueden estar ubicadas en zonas más céntricas o con mejores servicios que las casas nuevas. Esto se debe a que, en general, las casas nuevas se construyen en zonas más periféricas, donde los precios del suelo son más bajos. Si estás buscando una casa en una zona céntrica o con buenos servicios, el mercado de casas usadas puede ser una buena opción.
Las casas usadas pueden tener características que no se encuentran en las casas nuevas, como más espacio, un diseño más tradicional, o un jardín.
Por ejemplo, si estás buscando una casa con mucho espacio, una casa usada puede ser una buena opción. Las casas usadas suelen ser más grandes que las casas nuevas, ya que se construyeron en épocas en las que los terrenos eran más baratos.
También puedes encontrar casas usadas con un diseño más tradicional. Las casas nuevas suelen tener un diseño más moderno, pero si estás buscando una casa con un estilo más clásico, el mercado de casas usadas puede ser una buena opción.
Por último, las casas usadas pueden tener un jardín. Las casas nuevas suelen tener patios pequeños, pero las casas usadas pueden tener jardines más grandes.
Las casas usadas pueden ser más flexibles en términos de plazos de pago y condiciones de financiación. Por ejemplo, algunas entidades financieras ofrecen condiciones especiales para la compra de casas usadas, como plazos de pago más largos o tasas de interés más bajas.
Además, algunas inmobiliarias ofrecen servicios de intermediación para ayudarte a encontrar una casa usada y a negociar el precio.
Este es un producto que ofrecen diferentes entidades financieras para posibilitar la compra de vivienda nueva, usada o en planos. De igual manera se puede elegir el tipo de leasing que más se ajuste a nuestras necesidades y capacidades de pago, endeudamiento y preferencias.
De manera más formal, se puede decir que el leasing habitacional es un contrato de arrendamiento financiero, con una opción de compra, donde la persona que va a comprar un inmueble nuevo solo tiene que pagar el 15 % de la cuota inicial de la casa o apartamento que se está adquiriendo. Este pago se le hace directamente a la constructora que está desarrollando el proyecto.
Al ser un contrato de arrendamiento, el propietario de la vivienda es la entidad financiera con la que se adquirió el leasing. Esto resulta beneficioso por el hecho de que la persona, en este caso el comprador/arrendador no tiene la obligación de incluir la propiedad dentro de la declaración de renta.
Sobre la primera cuota del leasing, los bancos tienen estipulado que el valor no puede superar el 30 % del total de ingresos mensuales de la persona que adquiera la casa o apartamento, esa es la única restricción por ley de vivienda que se tiene a la hora de analizar y otorgar un crédito de leasing.
Comprar una casa usada mediante leasing habitacional tiene varias ventajas, ya que combina la adquisición de una propiedad existente con un método de financiamiento específico. Aquí tienes algunas de las ventajas asociadas con este enfoque:
El leasing habitacional a menudo implica costos iniciales más bajos en comparación con los préstamos tradicionales para la compra de viviendas.
Una de las principales ventajas es que algunos programas de leasing habitacional pueden financiar hasta el 100% del costo de la casa, lo que significa que no necesitas un pago inicial significativo.
El proceso de leasing habitacional suele ser más simple en comparación con la obtención de un préstamo hipotecario tradicional, lo que puede acelerar la adquisición de la propiedad.
Los términos del leasing habitacional pueden ser más flexibles en comparación con los préstamos hipotecarios estándar, permitiéndote ajustar la duración del contrato según tus necesidades financieras.
Al final del período de leasing, generalmente tienes la opción de comprar la propiedad a un precio previamente acordado, brindándote una vía para convertirte en propietario de manera gradual.
Algunos programas de leasing habitacional pueden ser más flexibles en términos de requisitos de crédito, lo que puede beneficiar a aquellos con historiales crediticios no tan sólidos.
Puedes realizar mejoras en la propiedad gradualmente durante el período de leasing, permitiéndote personalizar y aumentar el valor de la casa a lo largo del tiempo.
Puedes optar por adquirir una casa usada, lo que te brinda acceso a propiedades con características establecidas, como jardines y paisajes, que a menudo no están disponibles en propiedades recién construidas.
Es importante recordar que la disponibilidad y los detalles específicos del leasing habitacional pueden variar según la región y la entidad financiera. Antes de comprometerte, es aconsejable hablar con profesionales inmobiliarios y financieros para comprender completamente los términos y condiciones del leasing habitacional que estás considerando.
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Los requisitos para acceder a un leasing habitacional varían según la entidad financiera, pero, en general, son los siguientes:
Los ingresos mínimos mensuales exigidos suelen ser de entre 2,5 y 3 salarios mínimos mensuales. Los antecedentes financieros negativos pueden ser, por ejemplo, un reporte negativo en centrales de riesgo, o un incumplimiento de pagos de deudas anteriores.
Además de estos requisitos, las entidades financieras pueden exigir otros documentos, como la cédula de ciudadanía, el certificado de ingresos y retenciones, y el certificado de antecedentes financieros.
En el caso de las personas que son independientes y no tienen un salario fijo, las entidades financieras pueden exigir documentación adicional para evaluar su capacidad de pago, como el certificado de Cámara de Comercio, el Registro Único Tributario (RUT), o la declaración de renta.
Si cumples con los requisitos, puedes solicitar un leasing habitacional a una entidad financiera. El proceso de solicitud suele ser el siguiente:
Si tu solicitud es aprobada, la entidad financiera te otorgará un contrato de leasing habitacional. En este contrato se especificarán las condiciones del financiamiento, como el plazo, las cuotas mensuales, y el valor residual de la vivienda.
Una vez que hayas firmado el contrato, podrás comenzar a pagar las cuotas mensuales y a disfrutar de tu nueva vivienda.
El leasing habitacional es un acuerdo de arrendamiento a largo plazo que brinda la opción de compra al inquilino al final del contrato.
Algunos programas de leasing habitacional permiten financiar el 100% del costo de la casa, eliminando la necesidad de un pago inicial.
Los requisitos pueden variar, pero comúnmente incluyen historial crediticio sólido, ingresos estables y cumplimiento de los criterios establecidos por la institución financiera.
Ventajas incluyen costos iniciales potencialmente más bajos, acceso a propiedades establecidas, y la posibilidad de financiamiento del 100%, entre otros.
Sí, en muchos casos, hay margen para la negociación del precio con el vendedor, especialmente si la propiedad ha estado en el mercado por un tiempo.
En cuanto al contrato, el locatario o sea la persona que haga uso del inmueble asume el canon mensual de arrendamiento, incluyendo los seguros obligatorios de incendio y terremoto. El pago de impuestos, mantenimiento, daños y pérdidas que se puedan dar.
Cuando culmine el contrato de leasing, la entidad financiera otorga la opción de comprar el inmueble a través de un contrato de compraventa, de no hacer uso de esa opción, se puede renovar el contrato o cederlo a un tercero. En ese caso, al entregar el contrato es el banco el que se hace cargo de los costos de escrituración.
Ya sabes una manera de financiar tu próxima vivienda, ahora puedes buscar el inmueble que más te guste y en Century21 puedes encontrar una amplia variedad de alternativas para la compra o venta de casas usadas.
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